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UMBRAL

APROXIMACIÓN EXEGÉTICA AL PEQUEÑO APOCALIPSIS SINÓPTICO (1)

APROXIMACIÓN

EXEGÉTICA

AL

PEQUEÑO

APOCALIPSIS

SINÓPTICO 

 

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Gino Iafrancesco V.

26 de junio de 2011 a.m.

Barbosa, Santander, Colombia.

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Trascripción: Adriana Luna.

Revisada por el autor. 

 

Mateo 24:1-15.

 

Oración.-

 

No nos preocupemos de lo que nosotros somos. Reconozcamos nuestra miseria, nuestra nada, nuestra necesidad, con toda sinceridad. Que Su sangre nos limpie y Su Espíritu nos vivifique y nos fortalezca. ¿Amén? Oremos juntos, confiemos juntos, creamos juntos.

 

Querido Padre, en ese nombre precioso de tu Hijo, por medio de quien te has revelado y dado a nosotros. Señor, estamos infinitamente felices y agradecidos por lo que Tú eres, por tu amor, por tu fidelidad, por tu buena voluntad para con nosotros y por el Don inefable que nos has dado de Ti en tu Hijo y en tu Espíritu. Señor, concédenos la gracia de permanecer descansando en Ti, de dejar todo lo nuestro en tus manos. Nos confiamos íntegramente a Ti con todos nuestros problemas, fragilidades, cosas que conocemos y desconocemos; todo eso lo olvidamos en tus manos y te pedimos que seas Tú en nosotros. Deseamos darte todo el lugar que nos sea posible, para que Tú nos ayudes con tu Espíritu, Tú nos consueles, Tú nos ilumines, Tú nos fortalezcas para vida eterna, Tú nos alimentes de resurrección. Señor, creemos en Ti. Bendice tu Palabra que hayamos de considerar con tu socorro. Te pedimos que no nos dejes salirnos de Ti; que nos retengas en tu gracia, para que nosotros, Señor, consideremos tu Palabra, no solo nosotros solitos, no solo con nuestra mente, o ni siquiera con nuestra sola buena voluntad. Queremos leer tu Palabra delante de Ti y leerla contigo, Señor, y leerla para Ti, para que nosotros la recibamos y fructifique en honor de tu Nombre y de tu Gloria. Con esta confianza, Señor, en Ti deseamos abrirnos a tu Palabra. Enséñanos a estar en el Espíritu. Enseña a nuestro espíritu a estar alerta delante de Ti, y también enseña a nuestra alma y a nuestra mente del alma a estar en el Espíritu, descansar y atender el mover de tu Espíritu en nuestro interior; y todo nuestro ser sea sustentado por tu Santo Espíritu. En el Nombre del Señor Jesús, amén.

 

Dos días antes de la Pascua.-

 

Bueno, hermanos, hoy, con la ayuda del Señor, vamos a estar también considerando otras palabras del Señor Jesús, que encontramos también en el evangelio de Mateo, ahora en el capítulo 24. Esas palabras fueron pronunciadas dos días antes de la Pascua. Cuando el Señor celebró la mesa, salió para el jardín de Getsemaní, lo apresaron, lo flagelaron, lo crucificaron, pero resucitó al tercer día. Dos días antes de la Pascua el Señor estuvo en el monte de los Olivos; después de haber estado en el templo, bajado por el arroyo de Cedrón, subiendo por Getsemaní, que es al pie del monte de los Olivos, allí los discípulos le preguntaron de cosas que Él les había dicho en el templo, y ahí comenzó una conversación que vamos a estar leyendo, a raíz de esas palabras, y otras que ellos ya habían oído de Él, y también en su vida judía; eran tradición judaica del Antiguo Testamento. Y debido a lo que ellos habían oído, tenían preguntas, querían tener claridad, y le hicieron esas preguntas al Señor; y las respuestas fueron registradas principalmente en tres de los Evangelios: en Mateo 24 y 25, en Marcos desde el capítulo 13, y en Lucas mayormente en el capítulo 21, aunque también algunos temas, por asociación temática, los adelantó Lucas en el capítulo 17 también.

 

 

Pequeño Apocalipsis Sinóptico.-

 

Entonces tenemos esos tres testimonios que nos hablan de ese discurso, que ha sido llamado como el Pequeño Apocalipsis Sinóptico, porque el Apocalipsis grande es el que está al final de la Biblia, que el Señor Jesucristo recibió del Padre: la Revelación de Jesucristo que Dios le dio, que Jesucristo se la reveló por medio de Su Ángel a Su siervo Juan. Entonces ese es el llamado Apocalipsis grande; y por eso es que a éste otro, como no tiene tantos capítulos como el mayor, se le llama el Pequeño Apocalipsis Sinóptico, porque está mayormente en los tres Evangelios sinópticos. Algunos detalles que no cita Mateo los complementa Marcos; otros detalles los complementa Lucas; y por eso es que es bueno oír varios testigos; dice que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra[1]. Y así, ese discurso fue oído por muchos testigos, de los cuales tres de ellos escribieron. Un testigo ocular es el que vamos a leer, que fue Mateo, de los doce, y luego Marcos, que era el compañero de Pedro, el intérprete de Pedro; y Pedro había sido también un testigo ocular; y por eso Marcos generalmente tomaba de lo que Pedro decía. Así que, al leer a Marcos, estamos teniendo el testimonio de Pedro, por intermedio de Marcos. Y Lucas investigó diligentemente desde el principio todas estas cosas, preguntándoselas a los que lo vieron con sus propios ojos y le oyeron con sus propios oídos; así es como lo dice Lucas; aunque Lucas mismo no estaba presente, él estuvo con los que lo vieron con sus ojos, lo tocaron con sus manos, lo oyeron con sus oídos. Entonces esos son tres preciosos testigos muy cercanos: Mateo, Marcos y Lucas; y esos tres pasajes de los tres, aunque con el de Lucas son cuatro, porque son el 17 y el 21, porque a veces uno toma una lección, si la recuerda, en otro contexto; porque se está tratando de una cosa y se acuerda, entonces la toma y la usa acá y después ya no la vuelve a usar; pero tú, por los otros dos, sabes dónde estaba ubicada. Entonces juntamos, aunque vamos a seguir la lectura de Mateo, vamos a tener en cuenta el enriquecimiento que nos viene del testimonio también de Marcos y de Lucas, para tener toda aquella ocasión de aquel Apocalipsis anticipado del Señor, claro.

 

Entonces vamos a abrir y a hacer un seguimiento, ojalá cuidadoso, muy necesario en estos tiempos en que vivimos; recordar muy bien todas estas palabras con sus conexiones enriquecedoras, porque así lo dispuso Dios por su Espíritu. Esas distintas porciones de la Palabra y complementos fueron dispuestos por el Espíritu. Entonces vamos a abrir allí en Mateo capítulo 24. Lastimosamente creo que no tenemos aquí en el salón con ninguno de los hermanos el texto griego, pero aquí en mi Biblia yo le pongo algunas señalitas de algo que ya he investigado en el texto griego, especialmente algunas palabras claves. Y, en la medida que vamos examinando el discurso, voy a explicar, cuando lleguemos a esas palabras, cuál es la palabra griega que usan y cuál es la razón por la cual nos detenemos un poquito en eso para ir entendiendo mejor. Entonces vamos a ir, cada uno si tiene su Biblia, no importa la versión que sea, vamos a ir leyendo despacio, poniendo atención, masticándolo en medida que el Espíritu nos vaya encaminando a eso.

 

Al final del capítulo 23 vemos que el Señor está en el templo y que está hablando cosas serias en el templo. Desde v.37 del c.23 dice: Mateo 23 V.37 “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas…” a los apóstoles, o sea, “…a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! V.38 He aquí vuestra casa os es dejada desierta.” Y aquí ya Él está adelantando algo que va a decir más adelante, que tiene que ver con la parte de Israel en la economía divina, y que cuando se junta el testimonio de Mateo, Marcos y Lucas de manera especial, se comprende mejor y por eso lo empezamos a leer desde ahí. V.38 “He aquí vuestra casa os es dejada desierta. 39 Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que…” ; gracias a Dios que es un período, pero no es eterno, él tiene su hasta, V.39 “… hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.” Ellos no lo bendecían, sino que lo maldecían.

 

Mateo 24. - V.1 “Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.” Esos edificios ya no eran los de Salomón, que habían sido destruidos en el tiempo de Nabucodonosor y habían sido restaurados en el tiempo de Zorobabel, sino que eran los que había reconstruido Herodes. Sólo que los que construyó Salomón, los construyó conforme al plano que le dio David, y en el libro de Crónicas se nos dice que esos planos que David le pasó a Salomón, eran los planos que David había recibido de Dios. O sea que todas aquellas medidas son significativas porque son una figura del cuerpo de Cristo, porque cuando David le quiso edificar una casa material a Dios y Dios había dicho: ¿Qué casa me edificaréis vosotros?, así se lo dijo después a Salomón, si yo lleno los cielos y la tierra y los cielos y la tierra no lo pueden contener[2], ¿cómo vamos nosotros a pretender contener a Dios en un templo material? Y además, David había sido un guerrero que había peleado las batallas de Jehová o de Yahvéh, pero claro, había derramado mucha sangre y el Señor le dijo: David tú has derramado mucha sangre, tú no me edificarás casa, pero tu hijo, que nacerá de ti, él me edificará casa y yo le seré a él  Padre y él me será a mí, hijo[3]; porque todavía él no había nacido como hombre y por eso lo pone en futuro. En lo divino el Hijo está con el Padre desde la eternidad, pero como está hablando: Tu hijo, el de David, ese es relativo a la encarnación, por eso dice: me será hijo, en el futuro. Claro que el verdadero hijo es el Hijo de David, Jesucristo, pero Salomón, que vino antes, como la sombra viene antes del cuerpo, de la realidad, entonces, Salomón, como hijo de David fue una figura; un anticipo tipológico del verdadero Hijo, y él edificó aquel templo también, que es una figura del verdadero templo, pero el verdadero templo es la Iglesia, que el Señor edificaría; yo edificaré mi Iglesia[4], y por eso, por el Espíritu dicen los apóstoles, como Pablo: Vosotros sois el templo de Dios[5]; o sea que el verdadero templo era la Iglesia. Pero después por la infidelidad, incluso del propio Salomón, y después del resto del pueblo, aquel templo fue destruido y ellos fueron llevados cautivos por setenta años, como profetizó Dios por Jeremías[6]. Y ya cuando esos setenta años se cumplían, Daniel, que estaba también cautivo como ellos en Babilonia, empezó a leer las profecías de Jeremías y vio que ese era el tiempo de restaurar otra vez, que ese cautiverio no era para siempre, y empezó a pedirle a Dios, y Dios, que es el que pone reyes y quita reyes, el que muda los tiempos y las estaciones, entonces sacó a los babilonios y puso a los persas, y Ciro el persa vino e hizo que volvieran otra vez. Dios maneja la política del mundo en función de Sus planes y en función del refinamiento y del perfeccionamiento y acabamiento de Su pueblo, no para acabarlo, sino para darle el acabado, que es otra cosa diferente.

 

Entonces ahí vino la restauración del templo, con Zorobabel, con Josué hijo de Josadac y lógicamente que los que conocían, los ancianos, que conocían lo antiguo, lloraban, porque ese segundo templo todavía no tenía tanta gloria como la de Salomón, pero era una restauración y en la restauración de la casa de Dios, Dios nos enseña principios de restauración de la Iglesia, que es la verdadera casa. O sea que esas cosas se escribieron como ejemplo y están escritas para nosotros, para quienes han alcanzado los fines de los siglos. O sea que tenemos una doble lectura; una lectura histórica y una lectura tipológica, viendo detrás de las letras de la historia la tipología o la alegoría de la reconstrucción de la casa de Dios. Pero luego Herodes, pues, quiso ser como más que Salomón, más que Zorobabel, y no tuvo en cuenta los planos que Dios mismo le había dado a David, y él hizo sus propios planos para su propio nombre y para su propia grandeza e hizo un templo grandotote y lo adornó e hizo una cosa grande, conforme a la vanidad del corazón del hombre. Dios, en cambio, lo había revelado conforme a sus principios. Entonces, claro, la gente no entendía y se enorgullecía del gran templo de Herodes y se lo mostraban al Señor Jesús: mira qué piedras, mira qué templo[7]. Y ahí es cuando el Señor les dice: V.2 “… ¿Veis todo esto?...”, (verso 2 del capítulo 24 de Mateo) “…De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

 

 V.3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos,…” Ya, o sea, terminaron de caminar; a la salida de lo mostrado, mientras Él salía le iban mostrando las cosas, y Él les dijo eso, y luego se vinieron caminando. Luego llegaron de ese templo, bajaron al torrente de Cedrón y subieron hacia el monte de los Olivos, y ahí se sentó el Señor; ellos acostumbraban salir de la ciudad. Es un bosque de olivos muy precioso que hay allí, y entonces ellos acostumbraban apartarse para estar en comunión, incluso a veces hasta el Señor se quedaba a dormir y a orar ahí en el monte. Entonces, cuando llegaron ahí, dice: V.3 “… los discípulos se le acercaron aparte, diciendo:…”. Ya desde el principio, para evitar malas interpretaciones posteriores en el discurso, quiero que pongamos atención a quiénes son los que hacen las preguntas y a quiénes Él les habla; porque si no sabemos quiénes preguntan y a quién se le responde, después vas a decir: bueno, esto no es para la Iglesia, esto es solo para los judíos. Pero aquí quien está preguntando es nada menos que la crema y nata de la Iglesia, aunque claro que ellos también eran judíos, sin embargo, el Señor les dijo a ellos que todo lo que él les había enseñado a ellos, ellos se lo enseñaran a todas las naciones: Id por todo el mundo, predicad el evangelio a toda criatura, haced discípulos a todas las naciones, el que creyere y fuere bautizado será salvo, y enseñadles todas las cosas que yo os he mandado[8].

 

Ahí juntamos testimonios de varios, porque la conversación es muy rica, pero una cosa se acuerda uno, una cosa se acuerda el otro, otra cosa se acuerda el otro. Es como si alguien le pregunta, cuando lleguemos a nuestras casas, a nuestros pueblos, ciudades: Oye, ¿Cómo fue el encuentro, el campamentico allá en Barbosa?, entonces cada uno cuenta la misma situación, sólo que alguno cuenta la que a él le interesa, y el otro cuenta las que a él, y en algunas cosas coinciden y en otras hay variantes, porque Dios tiene varios testigos, y, a propósito, Dios no quiso que el testimonio de su Hijo lo contara uno solo, porque Dios mismo dijo: En boca de dos o tres testigos[9], y el Señor puso cuatro; así como el Arca del Pacto era llevada por cuatro levitas y cada uno está en su ángulo distinto, y cada uno cuenta las cosas desde su ángulo y eso es un arreglo del Espíritu Santo, porque el ángulo de cada uno es preparado por Dios, porque ninguno de nosotros da abasto para captar toda la riqueza de Cristo. Entonces tenemos que ver a Cristo desde todos los cuatro ángulos de la tierra. Por eso eran cuatro los evangelistas, como cuatro eran los levitas que cargaban el Arca del Testimonio ¿Para qué? Para poder ver los distintos ángulos, porque cada persona tiene su propio temperamento, sus propios intereses, hasta sus propios traumas diferentes. Entonces, si hay algo que a mí me tocó de manera especial, soy especialmente sensible para algunas cositas, para otras quizá no me importen tanto. Entonces el Señor, como sabe que es así, para que las cosas no queden solamente en manos de un solo testigo, entonces el Señor pone varios para que los otros puedan ver el testimonio.

 

Imagínense, respecto a lo del matrimonio y el divorcio, esas cosas, pues, Marcos habla, pero no menciona la excepción, Lucas habla y no menciona la excepción, en cambio Mateo, por alguna razón, recordó la excepción. Seguramente conoció algunos casos, que le hicieron sensible en ese punto para que recordara esas frases y los otros no la consideraron tan trascendente, y los otros no le pusieron el salvo, en caso de, pero Mateo sí, ¿por qué? porque Mateo tenía sensibilidad para eso, ¿ve? Otro tenía sensibilidad para otra cosa. Lucas, por ejemplo, cuenta unas cosas; tiene una sensibilidad que parece que solo la tenía Lucas,  según lo que la Biblia cuenta, Lucas era un hermano muy precioso, muy apreciado de las iglesias. Sí, tenía sensibilidades especiales.

 

No todos tenemos las mismas sensibilidades; algo sucede y alguno se fija en una cosa, otro se fija en la otra, el otro en la otra, y a eso se deben las variantes, que fueron producidas por el propio Espíritu Santo, no para confundirnos, sino para enriquecernos;  y por eso debemos integrar los testimonios. Que ¿cómo cuenta José que fue el campamento?, ¿cómo cuenta Leonardo que fue?, ¿cómo cuenta Julio?, ¿cómo cuenta cada uno de nosotros? No todos tenemos las mismas sensibilidades, ni nos interesan las mismas cosas; entonces, si uno quiere tener una vista más completa, los escucha a todos. A veces hay aparentes divergencias, pero no son divergencias. Los críticos no entienden esto, y es como si hoy hubiéramos almorzado fríjoles con ensalada de aguacate, nos hubiéramos comido un postre de durazno, y entonces alguien va y le dice a su esposa: ¡Huy!, me comí un postre de durazno después de la reunión, ¡pero delicioso! Pero el otro está diciendo que comieron fríjoles, entonces parece que se están contradiciendo, dicen los críticos, que eso no sucedió, porque éste dice que comieron fríjoles, y el otro dice que ensalada y éste que durazno, ¿ve?, están contradiciéndose al inventar. No. Si todos dicen igualito, eso sí parece más inventado, se pusieron de acuerdo. Pero aquí cada uno, espontáneamente, cuenta desde su ángulo lo que para él fue significativo. Por ejemplo, yo no hubiera mencionado el durazno, pero los fríjoles seguro que sí se los hubiera mencionado, porque a mí me encantan los fríjoles, ¿ve? Entonces, ¿es que hay contradicción, porque uno dice que comió fríjoles y el otro que ensalada y el otro que durazno?, no; se comió fríjol y también ensalada y también durazno. Los tres son testimonios verdaderos. Los tres testimonios, de Mateo, Marcos y Lucas están inspirados por el Espíritu Santo, pero uno cuenta un lado, otro, otro; porque esos son los distintos ángulos de los testigos. Personas de diferentes temperamentos, ¿se da cuenta?, con diferentes sensibilidades, y ellas todas lo que hacen es complementar la cosa; o sea que, cuando usted vea discrepancias, en vez de asustarse, alégrese, porque el Espíritu Santo está poniendo ese testimonio acá y acá, para enriquecer, no es para contradecir; eso no es contradictorio, es complementario; y si el Espíritu Santo juzgó que era necesario también el testimonio del otro y del otro, es porque Él quiere mostrarnos una visión más rica y completa de Cristo. ¿Amén hermanos?

 

Entonces aquí, en el verso donde estamos, que es el 3 de Mateo 24, dice: v.3“…los discípulos se le acercaron aparte…” A Mateo no le interesó decir cuáles discípulos, pero Marcos dice que eran cuatro de ellos: la crema y nata, o sea los primeros cuatro de los apóstoles que fueron llamados: Pedro, Jacobo, Juan y Andrés. O sea, dos pares de hermanos, porque Pedro y Andrés eran hermanos, y Jacobo y Juan eran hermanos, y esos fueron los primeros que el Señor llamó, y es como decir la crema y nata de la Iglesia, los primeros apóstoles; siempre están ellos cuatro en las cuatro listas de los apóstoles en primer lugar. Y esos fueron los que se acercaron a preguntarle al Señor. Y me detuve en esto por lo que dije: para evitar interpretaciones erradas; tenemos que ver quiénes preguntaron, y a quienes les habla, para que no digamos: No, esto el Señor lo dice es para los judíos; no, no, no, lo dice a los apóstoles, a quienes les mandó enseñar esto en todo el mundo y predicar este evangelio del reino, esto que les está predicando ahí mismo, para todas las naciones; no es para los judíos solamente; es para la Iglesia y para todas las naciones; claro que también para los judíos, pero no solo para los judíos; para los judíos y para todas las naciones y para la Iglesia. Porque, hermanos, ciertamente existen esos tres pueblos, que el mismo apóstol Pablo hace mención de ellos; él dice que no seamos tropiezo ni a la Iglesia, ni a los judíos, ni a los gentiles. O sea que sí existen esos tres pueblos, pero no existen tres evangelios, no; hay un solo evangelio y es el mismo evangelio con el que se salvan los judíos, se salvan los gentiles y se salva la Iglesia. La Iglesia se salva por un solo evangelio, el mismo que es predicado en Jerusalén, en Judea, ese mismo se tiene que predicar hasta lo último de la tierra. El evangelio es uno solo, así que no vamos a despedazar la Palabra de Dios y decir: Bueno, esto es para los judíos, esto es para los gentiles, esto es para la Iglesia, esto no me toca a mí porque esto es para ellos. Por eso, ¿quién pregunto? y ¿a quién le está hablando? Preguntaron los discípulos de la Iglesia, y a ellos el Señor los puso como fundamentos, juntamente con Él; Él es el fundamento, pero también Él puso como fundamentos del muro de la Nueva Jerusalén, los apóstoles. Y también dice Pablo, ¿no?: el fundamento de los apóstoles y profetas[10]. O sea que el Señor está respondiendo, hablando directamente a los que le preguntaron, que fue a los apóstoles, y luego el Señor dijo: Padre no ruego solamente por estos, sino por los que han de creer en mí… o sea todos, esto es, todos los demás, por la palabra de ellos[11]. O sea, ellos fueron los testigos y el Señor oró por ellos y también por todos los que creyéramos; nosotros, por la palabra de ellos. Nosotros estamos leyendo las palabras del Señor, que ellos testificaron y el Señor nos incluye, o sea, que esto va dirigido a la Iglesia en general y no solo a los judíos. Porque a veces nosotros agarramos el discurso y lo despedazamos; agarramos una frase y la sacamos del contexto y la aplicamos donde quiera, pero no mi hermano; nosotros no tenemos derecho de despedazar el discurso. Nosotros no tenemos el derecho de sacar las frases del contexto, porque cuando usted saca la frase del contexto, usted no sabe después dónde colocarla, no; el Señor las colocó en un contexto y nosotros debemos conservar el contexto del Señor; y hay muchas palabras que el Señor utilizó, que son palabras de contexto, por ejemplo: Por lo tanto, entonces, después de esto, enseguida. Entonces, ahí usted se va dando cuenta de que hay una hilación del contexto. Entonces tenemos que leer la enseñanza del Señor de corrido, enriquecida por los testimonios de los otros, y dejar las cosas en su contexto, porque si vamos a decir: Bueno, esta parte se la dejo a los judíos, esto es para los judíos, porque yo no voy a estar aquí. Pero, ¿dónde dice que no va a estar aquí?, eso no dice. Entonces hermanos, ¿me están entendiendo?, y por eso me detuve aquí, para que leamos en su debido contexto; porque un texto, sin contexto, es un pretexto.

 

Las preguntas.-

 

Entonces, ¿quién pregunta?, los discípulos. ¿A quién responde?, a los discípulos; si tú eres discípulo, es para ti, y para mí. Mateo 24 V.3 “… los discípulos…”, que dice Marcos que eran estos cuatro que le conté; lo puede ver en Marcos 13, puede echarle ahí una revisada para ver que es así. V.3 “… se le acercaron aparte, diciendo: Dinos... ” Y aquí hay una serie de varias preguntas, que son las que Él va a responder a ellos. ¿Cuáles son las preguntas?, primera V.3 “… ¿cuándo serán estas cosas,…?” Entonces la primera, era la de estas cosas. ¿Cuáles son esas cosas?, primero Él había dicho de que no quedaría piedra sobre piedra de ese templo de Herodes y todo; eso fue lo que aconteció en el año setenta. O sea que Él va a contestar algunas cosas que se cumplieron en el año setenta, pero no solo le preguntaron del año setenta; también le habían preguntado ¿cómo es eso de que te vas a ir y que vas a dejar, y que no van a verte hasta que digan bendito el que viene…? Entonces ahí se ve aquel período de los gentiles, donde el Señor permite el endurecimiento de Israel. Eso también está incluido en estas cosas. ¿Qué más le preguntan? V.3 “¿… y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”. Entonces, ¿se da cuenta que son tres preguntas que abarcan muchos aspectos? Primera pregunta: V.3 “… ¿cuándo serán estas cosas,…?” O sea, cómo será el trato del Señor con Israel, y destruirá el primer templo, y serán llevados cautivos por allá, para cuando se cumpla el tiempo de los gentiles; todo eso está incluido en esta pregunta, ¿ven? Y luego, V.3 “¿… y qué señal habrá de tu venida,…?” y la palabra venida, en el original griego, (pongan atención, les voy a poner una p, una p chiquitita ahí en la palabra venida) es la palabra parusía. A veces, y generalmente, aparece para la venida del Señor la palabra parusía, y tú lo puedes decir parusía, si quieres ya castellanizar, que algunos la usan también. En otras ocasiones aparece la palabra epifanía, o sea la manifestación gloriosa, y a veces aparece la combinación de las dos palabras: la epifanía de la parusía, o sea la manifestación gloriosa de Su venida; y dice: Su venida, en singular; no dice de dos venidas.

 

Algunas personas, ¿por qué me detengo en esas palabras?, por lo siguiente: A veces, algunas personas, han hecho un uso equivocado de las palabras, para dividir la venida segunda del Señor en dos. No hablo de la primera venida; para sufrir, cuando ya vino, nació en Belén, ya murió, resucitó, ascendió; no. Algunos dicen que la segunda venida está dividida en dos; una venida secreta, para arrebatar antes de la tribulación unas personas, y después viene una venida gloriosa con los santos a la tierra, como si fueran dos venidas la segunda venida. Y como hay la palabra parusía y la palabra epifanía, entonces alguno dice: Bueno la venida secreta es la parusía y la venida pública, después de la tribulación, en gloria, esa es la epifanía. Entonces usan parusía para una venida secreta; para arrebatar antes de la tribulación, algunos dicen, a todos, otros dicen que sólo a algunos. Y otros dicen que la epifanía es la venida gloriosa después de la tribulación. Entonces por eso me detengo a llamarles la atención a las palabras originales, para hacer el seguimiento cuidadoso a la enseñanza del Señor; la palabra parusía, que quiere decir Su venida, es usada aquí y es usada en muchos otros lugares. La palabra epifanía también aparece en algún lugar, pero lo curioso, (pongan atención a esto, desde ya lo digo, para después cuando lleguemos al verso respectivo, comprobarlo) lo curioso es que el Señor intercambia las dos palabras y las junta. Por ejemplo, hay lugares donde habla de la epifanía de la parusía, o sea, la manifestación de su venida. Entonces, ¿ahí se da cuenta que la epifanía y la parusía son la misma cosa con dos palabras distintas? Como por ejemplo en el asunto que la Biblia habla de los obispos y de los presbíteros, en una parte usa la palabra episcopo; en otra palabra, o en otro lugar, usa la palabra presbíteros. Entonces algunos piensan que los presbíteros son unos y el obispo es otro, pero cuando tú vas a la Biblia ves que Pablo llamó a los presbíteros o ancianos de la iglesia de Éfeso a Mileto y les dijo (Hechos 20:28): el Espíritu Santo os ha puesto por obispos; o sea, que está llamando obispos a los presbíteros. Y cuando le escribe a Tito: Te dejé en Creta para que corrigieses lo deficiente y establecieses presbíteros, ancianos en cada ciudad, así como te mandé, pero es necesario que el obispo sea tal[12]; o sea, ahí ya está intercambiando la palabra presbítero con obispo; son dos palabras pero se refieren a las mismas personas, sólo que presbíteros se refiere en cuanto a que son los hermanos más antiguos y más maduros, y obispos se refiere a su función de episcopo, o sea, supervisor, superintendente, o superintendencia, o supervisores o episcopos u obispos, son los mismos ancianos. Lo mismo pasa aquí con la palabra parusía y epifanía; son palabras diferentes, pero se usan de un mismo evento, no de dos eventos. Cuando se mezclan te das cuenta que eso se refiere a un mismo evento. Y me estoy deteniendo a propósito en esta palabra parusía, puesto que algunos dicen que parusía se refiere a una venida secreta antes de la tribulación; y les voy a llamar la atención para que vean que a veces esa palabra parusía se refiere a después de la tribulación. Entonces, por medio del uso equivocado de estas palabras, no podemos dividir el texto porque el Señor lo mezcla y coloca la palabra parusía en el contexto de la venida después de la tribulación y no sólo antes. Por eso me detuve acá, por la pregunta.

 

La pregunta es por la parusía y también la pregunta es por en fin del siglo. O sea, ¿qué es lo que va a pasar junto con la venida del Señor?, lo del tribunal de Cristo, lo del juicio de las naciones, el establecimiento del Milenio, todo eso está incluido en el fin del siglo. La palabra siglo, aquí, es eón, en el original griego; no es la palabra siglo de centuria, de cien años, que nosotros usamos; aquí nosotros le aplicamos la palabra siglo a cien años, o sea, como si fuera una centuria, no; aquí la palabra original es eón, o sea, una era. Esta es la era del hombre, después va a venir la era del Señor. Entonces el fin del siglo es el fin de esta era, de este estilo de vida mundano, hasta que el Señor venga y ponga lo suyo. Entonces esas eran las preguntas y cada una tiene varias implicaciones. v.3“… ¿cuándo serán estas…?” ahí está que ya es plural, v.3“… cosas…”, lo que pasará con el templo y, lo que dijo un poquito antes, que pasará con Israel, ¿ve?, por eso comenzamos al final del C. 23 ¿amén?; no me verán más hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.

 

Paréntesis de la plenitud de los gentiles.-

 

 Y entonces en ese paréntesis entra la plenitud de los gentiles. Entonces Él está hablando una parte antes, una parte después y una parte intermedia, que también lo habló después Romanos y en las profecías ya lo ha hablado, y el cántico de Moisés lo anticipaba. Entonces ahí necesitamos hacer el seguimiento con cuidado ¿amén?, con cuidado. “… estas cosas y la señal de tu parusía, de tu venida”. Note que la pregunta es por la señal de la parusía, la palabra que algunos atribuyen solamente a la venida antes de la tribulación, pero ellos le preguntan por la parusía y Él les habla de la abominación desoladora, que es en la gran tribulación. Entonces, aplicarle parusía a antes de la tribulación, y Él Señor les responde que la señal será la abominación desoladora, que pertenece a la tribulación, ahí nos damos cuenta de que no podemos usar la palabra parusía o venida para referirse a una venida secreta, porque el Señor no habla de venida secreta; Él habla de hora secreta y de día secreto, no de venida secreta. Entonces vamos a ver eso, pero me detuve aquí para ir poniendo las bases de la lectura de la exégesis ¿amén?

 

Las respuestas a las preguntas en alertas sucesivas.-

 

Entonces, volvamos ahí a poner nuestros ojos, verso 4 Mateo 24 v.4 “Respondiendo…”  y ya eso quiere decir que, lo que Jesús va a hablar aquí, es una respuesta a estas preguntas, ¿se da cuenta?, v.4 “… les dijo:…”, o sea, les habla a los discípulos, a la crema y nata de la Iglesia. Estas palabras son para la Iglesia, porque fue la Iglesia la que preguntó; la crema y nata de la iglesia, nada menos que Pedro, Jacobo, Juan y Andrés, la crema y nata. v.4 “… les dijo: Mirad que nadie os engañe.” Y van a darse cuenta de que ahora Él empieza a responder, porque le preguntan por señales, o sea, las señales son, como decir, cosas para avisar alguna cosa. Es como si usted ve un semáforo; si usted ve luz verde, dice, ah, se puede pasar; y si hay luz amarilla, con cuidadito, si no viene otro pase, pero con mucho más cuidado; si es rojo, no pase. Y así nosotros también aquí, por ejemplo, en Colombia tenemos volcanes y todo; por ejemplo, en Pasto, el Galeras. Entonces, bueno, está tranquilo; no hay alerta, ni siquiera amarilla. Pero ya cuando hay un temblorcito y algún humito, entonces ya es alerta amarilla. Pero si la cosa se pone más seria y son dos, tres, cinco temblorcitos y el humo empieza a destruir, ya es alerta naranja y si ya empezó, es alerta roja. Eso son señales, las alertas; alerta naranja, alerta roja y, aún, la amarilla también es una alerta un poco más suave. Entonces, al Señor le están preguntando por qué señal habrá de Su venida y del fin del siglo. Entonces, el Señor empieza a hablarles, primero de la alerta amarilla: Van a ver estas cosas así y así, pero todavía no es; es necesario que esto pase, pero eso no es todavía; estás en alerta amarilla. Pero de pronto van a comenzar a ver esto y esto y esto… ¡Huy! Eso sí ya es señal, principio de dolores; no es todo lo que viene, no es el fin del siglo mismo, pero ya es el principio de los dolores, ya es alerta naranja. Pero ya cuando llega el fin mismo, entonces esa es alerta roja, ¿ve? Entonces al Señor le preguntan por la señales, pero el Señor empieza a enseñar a sus discípulos cómo utilizar el semáforo; entender qué significan los colores del semáforo, los niveles de alerta. Entonces, vamos a ver cómo Él va cambiando de alerta amarilla a alerta naranja y a alerta roja, para responder estas preguntas específicas y veámoslo. 

 

Alerta amarilla.-

 

v.4 “… Mirad que nadie os engañe. V.5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo;…” y ya han venido más de dos mil sólo en las estadísticas de América del Norte, o sea, de los Estados Unidos de América; leí en un libro que ya tiene muchos años de publicado una estadística como de dos mil falsos cristos; ya había sólo en Estados Unidos, hace años cuando se publicó ese libro, los falsos cristos, cuenta uno por uno los nombres. Y eso era sólo en Estados Unidos, y hace años… si le fuéramos a añadir las otras décadas posteriores al libro y los demás países del mundo… O sea que esa Palabra ha cumplido; yo pienso que nosotros mismos hemos visto esas cosas con nuestros ojos. Entonces, qué Palabra tan exacta del Señor. V.5 “… vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. V.6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras;…” No pasa un año sin una guerra aquí; ahora es en Libia, pero, después va a ser en Arabia Saudita, bueno. V.6 “… mirad que no os turbéis,…” No es alerta roja; no os turbéis, no es alerta roja, no. Va a haber falsos cristos, sí, a lo largo de la historia, guerras, rumores de guerras, sí, pero  V.6 “… no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.” Sólo una alerta amarilla. Para que uno no se confunda con cualquier guerrita, que esa ya es la última y tal; no. No es el fin; cualquier falso Cristo por ahí, ¿ya es el fin?, no es el fin; ese es un engañador nada más, un falso cristo. Y eso es una de las guerritas, pero muchas van a haber. No os turbéis. No se turben; no es el fin todavía, ¿ve?; alerta amarilla. V.6 “… aún no es el fin.

 

Alerta naranja.-

 

V.7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. V.8 Y todo esto será principio de dolores.” Entonces aquí ya vemos dos niveles. Todo esto, o sea lo que acaba de mencionar antes era la alerta amarilla; pero este es el principio de los dolores. Pero si hay un principio de dolores, hay una continuación de los dolores.

 

Entonces antes del principio es la alerta amarilla, pero la continuación ya es la alerta naranja, ¿se da cuenta? V.8 “… será principio de dolores V.9 Entonces…” ¡Ah!, ahora sí llegó la alerta naranja. O sea que primero tenía que haber lo otro y entonces esto. ¿Qué es la siguiente cosa? V.9 “… os entregarán a tribulación…” ¡Oh!, ¡todavía no ha venido la parusía y todavía no es ni siquiera la alerta roja! Y ya habrá tribulación de la Iglesia. Algunos dicen: No hermano, si el Señor murió por mí, ¿por qué yo voy a sufrir? Pues precisamente, porque Él murió por nosotros se nos concede, no solo creer en Él, sino también padecer por Él, como dice Pablo a los Filipenses[13]. Entonces dice acá V.9 “… os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.” O sea, cada vez habrá una mayor hostilidad a los cristianos. Fíjese que cuando se analizan las cifras de las persecuciones en el mundo, los más aborrecidos y perseguidos son los cristianos; los persiguen los hindúes, los persiguen los musulmanes, los comunistas, los nazis, mejor dicho, hasta los gnósticos, bueno; siempre los más perseguidos son los cristianos. Y tenemos que saber que eso es lo normal, eso no es nada raro; tenemos que vivir en medio de la hostilidad del mundo, que a veces viene por la derecha, a veces por la izquierda; porque la derecha y la izquierda son en el fondo la misma cosa; es violencia, es imposición, es todo lo contrario al respeto, al respeto a las personas; tanto la derecha como la izquierda son fascistas, por tanto son perseguidoras.

 

V.10 “Muchos tropezarán entonces,…” Ayayay, eso es lo tremendo. Uno pensaría: Señor, va a venir persecución pero todos vamos a salir indemnes al otro lado. No ha sido así; durante veintiún siglos la Iglesia ha sido perseguida, no al mismo tiempo, pero, a veces aquí, a veces allá, a veces aquí; tan tranquilo y ya están perseguidos. Y no todos aguantan la persecución; muchos tropiezan. Es lo que Jesús dijo en la parábola del sembrador; la semilla que no tenía profundidad, cuando viene la aflicción, se aparta, porque no tiene raíz[14]. O sea, son nominales; hay un cristianismo cultural, pero sin nuevo nacimiento, y algunos con nuevo nacimiento, pero muy niños. Entonces dice V.10 “Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.” ¡Oiga!, qué cosa, en medio del pueblo de Dios estas cosas; pero Jesús ya las anunció. Y eso que aquí calló Mateo lo que no se le olvidó a los otros; los otros dicen que seríamos entregados a los concilios[15]. ¡Concilios!, no solamente tribunales de allá de los jueces seculares, no; habría concilios de hermanos para criticar y juzgar a los otros hermanos. Alerta naranja. Y sigue diciendo, V.11 “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; V.12 y por haberse multiplicado la maldad,…”  y esto es lo que no debemos permitir que nos pase a nosotros, que nuestro corazón se dañe por medio de esos concilios perseguidores y esas maldades, dice que V.12 “… el amor de muchos se enfriará.” O sea, que Dios no quiere que nosotros dejemos que nuestro corazón se enfríe; ni de la fe ni del amor. Tenemos que seguir creyendo, amando, perdonando y siguiendo adelante.

 

Alerta roja.-

 

Y dice hermanos, V.13 “Mas el que persevere hasta el fin…”, y aquí es donde el Señor Jesús introduce lo de la palabra de la perseverancia. Ésta es la palabra de la perseverancia; y la palabra de la perseverancia es hasta el fin. Y ¿por qué llamo la atención a esto?, porque por allá en Apocalipsis 3 nos vamos a encontrar otra vez la palabra de la perseverancia, cuando el Señor le dice a Filadelfia: Por cuanto guardaste la palabra de la perseverancia, yo también te guardaré de la hora de la prueba[16]. Y entonces, ¿cómo es que vamos  a ser guardados? y ¿por qué vamos a ser guardados?, por guardar la palabra de la perseverancia; y ¿Cuál es la palabra de la perseverancia? perseverar hasta el fin; y ¿cuál es el fin, antes de la tribulación o después?, vamos a ver qué dice la Palabra que es el fin. Porque o si no, nosotros vamos a poner  esa palabra fuera de contexto. Cuando tú te encuentras que por cuanto guardaste la palabra de mi perseverancia, tienes que ver los demás versículos de la Biblia que hablan de la palabra de la perseverancia, para ver a qué se refiere. Por ejemplo en Apocalipsis, cuando está la bestia, el anticristo, persiguiendo a la gente dice: Aquí está la perseverancia y la fe de los santos[17], no antes del anticristo, sino ahí en medio de la persecución del anticristo; ahí es que está la fe y la perseverancia de los santos. Léalo en el capítulo 13, vuélvalo a leer en el 14, donde se habla de la palabra de la perseverancia, que Jesús introduce allí. Entonces no podemos interpretar Apocalipsis 3, el asunto de Filadelfia, separado de Mateo, de Marcos, de Lucas y de Apocalipsis 13 y 14; se tiene que interpretar todo junto. La palabra de la perseverancia es hasta el fin, porque si no es hasta el fin, ¿qué perseverancia va a ser? Bienaventurado el que espere hasta el fin[18], y, si mientras está esperando lo matan, bienaventurados los que mueren en el Señor, porque dice que descansarán de sus trabajos[19]; ahí, cuando los mataron, descansaron y fueron librados de las cosas que se vienen en el mundo. Descansan de sus trabajos y sus obras con ellos siguen. Mire aquí, así dice el Espíritu, sí, sí, ¿no?, cómo que no, no; no, no; sí dice el Espíritu. Bienaventurados de aquí en adelante, y luego termina y dice: Y aquí está la paciencia, o sea, la perseverancia, porque la palabra paciencia y perseverancia son dos traducciones de una misma palabra en el griego: hipomené. Hipomené a veces se traduce paciencia o perseverancia; es la misma palabra hipomené, revisemos eso.

 

Estamos en Mateo 24:13, V.13 “Mas el que persevere hasta el fin...” Hasta el fin; porque le habían preguntado por el fin del siglo; y ayer de tarde comenzamos considerando dos parábolas, que nos hablan del fin del siglo; de la siega: la parábola del trigo y la cizaña y la parábola de la red; y por eso comenzamos por allá, para poder encajar acá, ¿amén? V.14 “Y será predicado este evangelio del reino…” ¡Oh!, éste, dice, será predicado éste, o sea, lo que Él está predicando, Él le llama evangelio del reino. Y dice V.14 “…será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones;…” Ah, entonces esto no es solo para los judíos ¿ve?; no, esto es parte del evangelio del reino, aquel predicado a todas las naciones; no está hablando este discurso sólo a los judíos, se lo está hablando a los discípulos, para que los discípulos se lo prediquen a todas las naciones; no es solo para los judíos; es para los judíos y para los gentiles también; y para la Iglesia. Primero la Iglesia, ¿amén? V.14 “…este evangelio del reino…” O sea, que el Señor, a este discurso que Él está haciendo, le llama: este evangelio del reino; esto, eso que Él está enseñando en este discurso, y que apenas llevamos una parte, pero Él continúa enseñando; y eso que continúa es este evangelio del reino, destinado a ser predicado a todas las naciones.

 

Por tanto.-

 

V.14 “… y entonces…” Ahora sí, la alerta roja, V.14 “… vendrá el fin. V.15 Por tanto,…” ¡Ay!, subrayo la palabra por tanto. ¿Por qué subrayo la palabra por tanto? Porque la palabra por tanto es una palabra de conexión; es una palabra de continuidad, pero, a veces, nosotros nos olvidamos de la palabra por tanto y decimos: Bueno, punto aparte, esto era para la iglesia, listo, ya, chao, Iglesia váyase para el cielo, y ahora entonces vamos a cambiar de tema, vamos a cambiar de auditorio, vamos a hablar de otra cosa y le vamos a hablar solo a los judíos. No, hermano,  la palabra por tanto no nos permite usar la tijera de esa manera. Si no dijera por tanto y diera unas señales de que cambió de auditorio y de tema, pero no, mi hermano, el Señor continúa hablando del mismo tema que le preguntaron; y ya llegó a la alerta naranja y pasó a la alerta roja y ahora va a dar la señal de la alerta roja. O sea que, el auditorio no cambió; lo que dice a continuación está relacionado con lo que venía diciendo. V.15Por tanto,…” O sea, en base a lo que dije hasta aquí, los alertó para lo que continúa de aquí en adelante. V.15 “Por tanto…”, No cambia el auditorio, ni cambia en evangelio del reino. Será predicado este evangelio del reino, es lo que Él viene predicando y que va a continuar predicando, porque eso es lo que implica la palabra por tanto. V.15 “Por tanto,…”

 

Cuando veáis.-

 

verso 15, V.15 “… cuando veáis…” y ¿a quién le está diciendo que va a ver?, (porque acaba de decir por tanto) a la Iglesia; le está hablando a la Iglesia; y le está hablando como parte del evangelio del reino para todas las naciones; no les está hablando solo a los judíos que se quedaron para la gran tribulación, después del rapto; hasta aquí no aparece ningún rapto; el rapto aparece por allá, casi al final del capítulo 24. “Entonces uno será tomado…”[20], eso aparece después, todavía no aparece. Algunos queremos poner esos versículos antes del verso 15, pero aparece apenas como en el 42 en otro contexto. No podemos usar la tijera ni aislar los versículos del arrebatamiento y ponerlos en cualquier parte, porque antes de decir que seremos arrebatados dice: Entonces estarán dos en el campo; y ¿cuándo es ese entonces? Entonces hay que ver el contexto, para ver cuándo es ese entonces del arrebatamiento. Entonces vamos a volver aquí al 15, V.15 “Por tanto, cuando veáis…” O sea que la iglesia vería esto, ¿qué vería?, V.15 “… cuando veáis en el lugar santo…” ¡O sea que va a ser restaurado el templo! Todo lo que tenga que ver con la restauración del templo, que tiene el lugar santo donde se va a poner la abominación desoladora, que es la imagen de la bestia, esa es alerta roja. V.14 “… vendrá el fin. V.15 Por tanto…” Entonces, ¿qué es lo que viene al fin?, ¿no le habían preguntado por el fin? Esto es lo que sucede al fin; ¿no es eso lo último que describe Daniel y después viene el Señor? El que pone la abominación desoladora, ese ya es el último, ese es el anticristo. Y después de él ¿quién viene? el Señor; el fin; establece el tribunal de Cristo, a los siervos suyos. Luego el juicio para las naciones, para separar ovejas de cabritos, quienes van a estar en las ciudades, donde van a gobernar Sus vencedores, y también establece quienes van a estar allá en el fuego. Y luego aparece el Milenio y también antes el juicio del anticristo y todo eso, y las cabras, todos para el fuego, con el anticristo y todo, y el falso profeta. Ese es el fin y entonces el Milenio incluido. V.15 “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo…”, ya está implicada la restauración del templo. San Pablo dice también que el anticristo se sentaría en el templo de Dios haciéndose pasar por dios.

 

Preparativos para el tercer templo.-

 

O sea que tiene que haber una restauración del templo; y ustedes saben hermanos que hace rato están con eso, los judíos están hace rato con  eso. Buses por Jerusalén con letreros: el tercer templo ahora. Diputados en el parlamento y su programa para ganar votos es: será levantado el tercer templo. En septiembre del año pasado, mire ya casi va a ser un año, todavía no, pero casi, estamos apenas en junio, pero, en septiembre del año pasado, vi una noticia del propio Israel, donde Ehud Barak, el canciller actual, que fue primer ministro antes de Netanyahu, hacía esta propuesta a los palestinos: Ustedes quieren que les demos a Jerusalén Oriental por capital de Palestina ¿no?, pues les dijo: Si ustedes nos dejan levantar el tercer templo en la explanada, entonces nosotros les permitimos que Jerusalén Oriental sea capital de Palestina. Eso les prometió en septiembre Ehud Barak a los palestinos; si quieren a Jerusalén Oriental, entonces déjenos levantar el tercer templo. Ya desde el 2007, fíjese que es el año 2007, el año 2007 es el año cuarenta desde que Jerusalén fue recuperada. Jerusalén fue recuperada desde 1967. Zacarías decía que primero libertaría las tiendas de Judá, para que el habitante de Jerusalén no se engrandeciera sobre los otros[21]; entonces Dios no comenzó libertando Jerusalén, sino las tiendas de Judá, los colonos, los primeros colonos; por ahí empezó la restauración de Israel en 1948. Pero, conforme a la profecía de Zacarías, recién, en el ‘67, se recuperó Jerusalén con Moshe Dayan, y llegaron y se tomaron la explanada del templo y todo; pero, en vez de quedarse con la explanada del templo, para construir el templo, Moshe Dayan se quedó con Jerusalén, pero el templo se lo dio a los jordanos, al rey de Jordania, se lo devolvió en el ‘67, 1967, y el rey de Jordania se lo pasó a Arafat a la OLP. ¡Ay! Qué oportunidad se perdieron; les tocó pasar los cuarenta  años de juicio, hasta el 2007; 1967 al 2007. Y en el 2007, algunos judíos, un remanente, dijeron: Mire, para el sacrificio continuo, todo el ciclo litúrgico, se necesita el templo, y para el templo se necesita el altar. Y ustedes recuerdan que en el libro de Esdras dice que antes de restaurar el templo, restauraron el altar; el altar ya está hecho, ya está listo, solo falta ponerlo en su sitio, pero no lo dejaron subir todavía, pero vamos a ver dónde ya va la cosa. Ya el altar fue fabricado, y el templo ya está pre-fabricado, las vestiduras están listas y hasta la vaca roja ya la tienen, faltan unos detallitos. Ya está sucediendo todo esto. Ya están recogiendo el siclo del santuario para el sacrificio en el templo; ya tú encuentras en internet los formularios para que los judíos de todo el mundo quieran sentirse incluidos en el sacrificio que Israel va a levantar allá; ya se inscriben y dan sus siete shekels o sus siete siclos; shekel = siclo, es la moneda de Israel, para que los sacrificios allá sean contados a nombre de todos los que se inscriben; y ya están inscribiéndose y pagando el sacrificio. En Oseas dice que por muchos años Israel estaría sin sacerdote, sin terafines, sin sacrificios, sin sacerdotes, por muchos años[22]; ya llevamos desde el año ‘70, que fueron esparcidos, destruyeron el templo. Todo ese tiempo, de lo que decía Oseas, ya ha sucedido, pero no sería para siempre; dice que después volverían, y ya empezaron a volver. Volvieron, ya está Israel ahí, ya está Jerusalén. Cometieron ese acto, pero bueno, Dios seguro vio que no estaba todos los días su pueblo, ni su iglesia preparada; entonces permitió que les dieran a Jordania, y Jordania a la OLP, la explanada, donde debiera estar el templo; en la explanada está la mezquita de Omán, no en el lugar del templo, sino a un ladito, porque el lugar del templo es donde la puerta dorada da; y esa puerta dorada da a la explanada libre, donde se puede construir el templo conforme a las medidas que Dios le dio a Salomón; ahí cabe perfectamente; ni siquiera necesitan tumbar la mezquita. Ya hay una serie de teólogos millonarios musulmanes, no judíos, musulmanes, que están de acuerdo en que se levante el templo de los judíos en Jerusalén, allá en la explanada, y ellos también van a colaborar económicamente. No es el sentir de todos los musulmanes, del general del pueblo, pero sí de las élites; y ya hay conversaciones privadas del presidente de Europa con musulmanes y con judíos, en privado; ¿que estarán conversando? Entonces, cuando se cumplieron en el 2007 los cuarenta años de haber devuelto el lugar, entonces en el 2008 un grupo de judíos, un remanente, dijo lo siguiente: Los del sacrificio litúrgico necesitan el templo, pero hay un sacrificio que Dios le mandó al pueblo antes de que hubiera sacerdotes, antes de que hubiera altar, antes de que hubiera templo, que es la pascua; porque la pascua Dios se la mandó al pueblo y que el pueblo loa celebrara por familias. Entonces dijo: el primer sacrificio que tiene que ser restaurado es la pascua. Y hermano, ellos vivieron miles de años, dos mil y tantos años,  desde el ‘70, casi dos mil,  hasta el 2008. Y en el 2008 llegó este remanente de judíos, y después de todo ese tiempo que Oseas había dicho que estarían sin sacrificio, sin terafines, sin templo, sin sacerdotes, llegaron y celebraron la primera pascua; ya fue celebrada. La pasaron por internet, yo la vi; agarran el corderito, lo acarician, le dan agua, el corderito tranquilo, le pasan la cuchilla por acá; como si lo estuvieran raspando, como si lo estuvieran acariciando. El corderito tranquilo, lo sacrifican al Señor. Ya fue celebrada la primera pascua allá mismo, en Jerusalén; porque no era necesario que fuera en el templo, ni se había hablado de templo, ni se había revelado ni el tabernáculo, ni altar ninguno, ni era necesario que fuera el sacerdote, ni levita, sino el pueblo. Pero eso ya empezó en el 2008. Se realizó de nuevo en el 2009, y ya va un año. Se realizó de nuevo en el 2010, y ya van dos años. Y se realizó de nuevo en el 2011; ya van tres años. El templo está prefabricado, ya todo listo para ser levantado. La vaca bermeja ya está lista. Las vestiduras están listas. Los políticos de un partido ya están listos. Y ahora, los propios musulmanes y los propios guardias palestinos dejaron subir a los judíos a la explanada, pero no podían orar; si oraban, los bajaban, pero podían subir; nunca habían podido subir, y hace unos pocos añitos, de dos para acá, ya pueden subir los judíos donde nunca podían subir. Pero la última noticia reciente, de hace unas pocas semanas, es que ahora le permitieron a los cohanim, o sea, a los sacerdotes que tienen que dar la bendición según Números, dar la bendición desde la explanada, hermanos; y ¡ahora ya los sacerdotes están bendiciendo al pueblo desde la explanada! O sea, ¿ustedes se dan cuenta de que las cosas van avanzando, avanzando?

 

A otros hermanos les he contado esta historia que voy a contar ahora, pero quizá hay algunos que no la sepan y, como también se está grabando, eso puede llegar quién sabe a donde el Señor quiera. Hubo un gaón, (gaón se les llama entre los judíos a aquellos grandes académicos del judaísmo. Primero eran los rabinos pre-tanaítas, o sea, del tiempo del Antiguo Testamento después de Esdras y la gran sinagoga; esos rabinos se llamaron los pre-tanaitas o anteriores a los tanaítas. Ya cuando llegaron los rabinos del tiempo de Jesús, hasta el siglo tercero, que escribieron la Mishná, se les llama los tanaítas. La Mishná son los comentarios de los rabinos acerca de la Torá, o sea, de la Ley y del Antiguo Testamento en general. Entonces, los comentarios de esos rabinos de los tres primeros siglos de la era cristiana que son los tanaítas, formaron la Mishná, que es la primera parte del Talmud, que es el libro sagrado de los judíos ortodoxos, y que son los comentarios a la Biblia: la Mishná, al Antiguo Testamento, con más especialidad, el Pentateuco. Luego, a partir del siglo tercero, por ahí hasta el siglo sexto, vinieron los que comentaron a la Mishná; los de la Mishná comentaban el Antiguo Testamento, pero los amoraítas o amoraím, (amoraím es en hebreo, amoraítas es en español), ellos comentaron a los tanaítas, comentaron la Mishná; y la colección de los comentarios de los amoraítas se llamó la Guemará. O sea, la Mishná es los comentarios al Antiguo Testamento, y la Guemará es los comentarios de los comentarios. Entonces, cuando tú sumas la Mishná más la Guemará, se forma el Talmud. El Talmud tiene la parte de la Mishná y la parte de la Guemará. Y el Talmud, uno se escribió en Babilonia y otro se escribió en Jerusalén; el más grande es el de Babilonia y ese es el que tienen los judíos ortodoxos que van a orar con sus cachumbitos y su sombrero y su barba larga y todo allá al muro de las lamentaciones. El libro sagrado para ellos es el Talmud. Pero después entonces vinieron los estudiosos del Talmud y aquellos grandes académicos del judaísmo y a esos se les llama gaones). Entonces hubo un gaón muy famoso que vivía en la ciudad de Vilna, que es la capital de Lituania, que es uno de los países bálticos; ahí cerca de Rusia y de Finlandia luego está Estonia, Letonia o Latvia, y Lituania; y la capital de Lituania es Vilna. Y allá hubo guetos de judíos, y allá hubo un famoso académico que se le llama en la historia el Gaón de Vilna. Y este era un hombre muy estudioso, un hombre que buscaba a Dios, y hasta tenía el don de la profecía este hombre. Y profetizó el Gaón de Vilna una profecía en seis partes; y hasta la parte número cinco ya se cumplió. Eso le da a uno la esperanza de que la parte seis se puede cumplir, porque él no profetizó eso ayer, ni después que las cosas sucedieran, sino en 1700 y tanto; antes de que sucedieran las profetizó. Y la profecía del Gaón de Vilna decía lo siguiente: Que en Jerusalén iban a construir, como ya no estaba el templo, ni se podía adorar en el templo, entonces iban a construir una sinagoga muy famosa, que ya se volvió famosa, que se llama la sinagoga Urba. Entonces esa fue la primera parte de la profecía y, efectivamente, incluso en la vida de él, él estaba todavía vivo y se empezó a construir la sinagoga Urba; y la sinagoga Urba llegó a construirse y fue una hermosa sinagoga, muy famosa en Jerusalén. Pero la segunda parte de la profecía decía que los musulmanes iban a destruir la primera sinagoga Urba. Y, efectivamente, vinieron los musulmanes, porque no se había podido pagar toda la deuda para levantar la sinagoga, y les destruyeron la sinagoga, y se cumplió la segunda parte de la profecía. Pero él dijo: mas los judíos van a levantar otra vez, por segunda vez, la sinagoga Urba. Y, efectivamente, después que la destruyeron, levantaron de nuevo la segunda sinagoga Urba, y se cumplió la tercera parte de la profecía. Pero él dijo: pero después Israel va a tener guerra con sus vecinos árabes, que son las que han acontecido en este siglo, desde el retorno de Israel, y van a destruir por segunda vez la sinagoga Urba; ya fue la cuarta parte de la profecía. En esas guerras vinieron y destruyeron la sinagoga Urba, en estas guerras con los árabes. Pero él dijo: mas la sinagoga Urba va a ser construida por tercera vez, y esa era la quinta parte de la profecía. Y la sexta dijo: Y cuando hayan terminado de construir la sinagoga Urba por tercera vez, entonces comenzarán la edificación del tercer templo. Hermanos, el día 16 de marzo de este año se cumplió la quinta parte; la sinagoga Urba fue entregada nuevecita por tercera vez. Nosotros estuvimos ahora en Jerusalén y usted la puede ver incluso por internet; la sinagoga Urba construida por tercera vez, nuevecita, en marzo de este año. El 15 de marzo la entregaron ya, nueva. Mire, ahí está la foto, mire. Tráemela acá, por favor, para mostrarla a todos. Vean, qué curioso que el hermano traía la foto. Miren, esta es la foto de la sinagoga Urba recién entregadita. La quinta parte de la profecía, ya lista. Y la sexta parte es: Después de que se construya por tercera vez la sinagoga Urba, comenzarán a levantar el tercer templo. Ya están las cosas preparadas. ¿En qué tiempo estamos hermanos?

 

¿Ven? Mateo 24 V.15 “Cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)”; o sea que hay que leer y entender a Daniel acerca de todo esto. Porque, por ejemplo, dice en esa profecía de los Setenta Septenarios, en el capítulo 9 de Daniel, en el verso 27, que  a la mitad de la última semana sería quitado el continuo sacrificio y se pondría la abominación desoladora. Y esa es la señal ya del comienzo de la gran tribulación, o sea, la segunda mitad de la última semana. Pero para que eso pueda suceder, los sacrificios tenían que comenzar de nuevo, el altar ser colocado en su sitio y levantarse después. Y los sacrificios ya comenzaron, los de la pascua. El altar ya está listo pero falta ponerlo en su lugar. Antes no podían ni subir, pero ya están subiendo. ¡Y ahora ya los sacerdotes están pudiendo bendecir desde la explanada! O sea, se dan cuenta cómo las cosas están llegando a un fin; en cualquier momento hacen un pacto y les permiten a ellos poner el altar y comenzar a reconstruir el templo, y eso no dura nada, porque ya está prefabricado. Y cuando eso esté listo, entonces se sienta el anticristo y pone la abominación desoladora, que esa la última señal; esa es la alerta roja: V.15 “Cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)”; o sea que hay que leer y entender Daniel, porque dice que muchos leerán y no entenderán, porque la profecía de Daniel estaría sellada hasta el tiempo del fin, y sólo se podría entender en el tiempo del fin. Entonces, hermanos, vamos a detenernos aquí para una brecha, y después volver a continuar a partir de aquí, ¿amén? Dejamos ahí en el punto del ensamble. Quienes conocen las torres de CDs o DVDs, ven como la columnita interior sirve para ensamblar los CDs o DVDs uno encima de otro; así el establecimiento de la imagen de la bestia, que es la abominación desoladora, es el punto donde se pueden ensamblar las profecías de Daniel para el tiempo del fin. Allí encajan las profecías una encima de la otra. Descansemos, pues, para luego continuar.



[1] Mateo 18:16

[2] Isaías 66:1

[3] 1 Crónicas 22:7-10

[4] Mateo 16:16-18

[5] 1 Corintios 3:16

[6] Jeremías 25:11

[7] Mateo 24:1

[8] Mateo 28:19-20, Marcos 15:-16

[9] Mateo 18:16, Deuteronomio 17:6

[10]  Efesios 2:20

[11]  Juan 17:20

[12] Tito 1:5-9

[13] Filipenses 1:29

[14] Lucas 8:13

[15] Marcos 13:9,

[16] Apocalipsis 3:10

[17] Apocalipsis 13:10

[18] Daniel 12:12

[19] Apocalipsis 14:13

[20] Mateo 24:40

[21] Zacarías 12:7

[22] Oseas 3:4

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